No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses… (Exodo 20:4-5, NTV)
Dios nos dice con mucha claridad en su palabra que solo El merece adoración. Entendemos que esto puede ser suficiente para muchos de nosotros, pero queremos compartir contigo algunas otras razones detrás de esto, así como también hablar un poco sobre los santos, los altares, las esculturas y otras cosas relacionadas.
Entendemos que puede haber un debate sobre cómo algunos Católicos describen su devoción hacia María y los santos. A veces se dice que se trata de "veneración" en lugar de "adoración". Sin embargo, independientemente de las palabras elegidas, lo importante es entender el significado y propósito detrás de las acciones y creencias. Juntos, podemos explorar estos temas y llegar a un mejor entendimiento.
Desmintiendo algunas Cosas
Primero que todo, nadie es madre de Dios.
Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. (Salmos 90:2)
El decir que, «Maria es la madre de Dios» justificando que fue ella quien tuvo a Jesús en su vientre es no reconocer la naturaleza de Dios. Si bien María tuvo en su vientre a Jesús, esto no la hace Madre de Dios. Es más, ella recibe un título que se lo auto-impone: el de «bienaventurada« (de una dicha incomparable)
Es común que querer darle a María un título especial por el importante papel que tuvo en la historia de nuestra fe. Sin embargo, decir que ella es "la madre de Dios" puede causar confusión acerca de la naturaleza de Dios. En realidad, María fue bendecida con el honor de ser la madre humana de Jesús, pero esto no la convierte en la madre divina de Dios. Es importante recordar que ella misma se considera "bienaventurada" por la gracia que Dios le otorgó.
En el plan de Dios para nuestra salvación un ángel fue enviado a María, este le dijo que iba a tener un hijo de una manera especial gracias a la obra del Espíritu Santo en su vientre. María aceptó con amor y gratitud este regalo y dio a luz a Jesús, el salvador del mundo, cumpliendo así la promesa de Dios. Ella fue un instrumento de amor en este proceso milagroso
Aunque a un católico le resulte muy duro: Maria fue una sierva más de Dios (así como Moises, David, Pedro, Pablo, entre muchos otros). Que fue importante, sí, pero no por esto merece nuestra adoración.
Por lo tanto, Maria también tenía necesidades y buscaba el amor y salvación de Dios, al igual que nosotros. Ella también era un ser humano pecador y al final tuvo una muerte natural, como cualquier otra persona.
También es importante mencionar que no existe la «inmaculada concepción» de María. Nació también como cualquier humano de una relación entre un hombre y una mujer. De hecho, creer que fue siempre virgen es una idea «totalmente anti-bíblica«. La palabra de Dios dice que «José no tuvo ninguna relación sexual con ella sino después de tener a Jesús».
Recordar a Maria como una mujer favorecida por Dios que tuvo la dicha de haber dado a luz a Jesús no tiene nada de malo, lo malo es creer que ella pudiese tener alguna especie de divinidad o poder. María no intercede por nadie, María no tiene el poder de Salvar vidas, María no debe ser adorada, solo Dios merece nuestra adoración.
Los Cristianos si creemos en Maria
Por el contrario de lo que muchos piensan, los Cristianos si creemos en Maria, es más, resultaría tonto decir que somos Cristianos y no creer en lo que la palabra de Dios dice. Pero además de creer que Maria existió, creemos que los ángeles también existen, que los demonios también existen e incluso que Satanás también existe y no por eso los adoramos.
Idolatría
Como lo menciono al principio del artículo, cualquier tipo de adoración, en este caso a María, es Idolatría, también es idolatría prenderle velas a los santos para que nos cumplan peticiones, rezarles, orarles, cantarles, pedirles mandas, etc. Dios quiere que no seas parte del engaño de una fe falsa que se basa en cosas que no están en su palabra.
¡Que tu glorioso nombre sea alabado! ¡Que sea exaltado por sobre toda bendición y alabanza!
»Solo tú eres el Señor. Tú hiciste el firmamento, los cielos y todas las estrellas; hiciste la tierra, los mares y todo lo que hay en ellos. Tú los preservas a todos, y los ángeles del cielo te adoran. (Nehemías 9:5-6)